Este 9 de Febrero era esperado por miles de fans que estábamos ansiosos por volver a ver a Christian y Ana en la gran pantalla y poder disfrutar de su gran final y a la vez con ganas de no dejarles ir. Bien es cierto, que antes de conocer los libros había oído hablar de este fenómeno pero no terminaba de convencerme a leerla pero creo que ha sido una de las sagas que más me ha gustado, no solo por la historia romántica que toma más cuerpo en la segunda parte, Cincuenta sobras más oscuras, sino por todo lo que ello implicaba: juegos sexuales, engaños, secretos....pero en el fondo es una historia de amor.
No voy a hacer apenas spoiler, porque algunos aún no la habréis visto todavia, pero no puedo negar que me quedé con ganas de ver más. Esta última entrega tiene un ritmo muy rápido, las cosas pasan tan rápidas que no aprecias que pasan los minutos, estás tan enganchado a la pantalla, a lo que va a pasar a continuación que pierdes la noción del tiempo. Me ha encantado como el director ha sabido captar la evolución final de los personajes, tanto de Ana como de Christian, en la que en esta parte final dan rienda suelta a lo que sienten sin miedos, sin temer a lo que pueda pasar y sabiendo que van a poder afrontar todo lo que venga ¿o quizás una sorpresa inesperada y el antiguo jefe de Ana se lo impida?
Christian se dará cuenta que ha dejado todo atrás, ese dolor, ese miedo a perder al amor de su vida, esas pesadillas que le atormentaban de noche, todo eso que hacía sufrir a Ana quedará atrás y dejará que sea ella la que tome las riendas de su amor y su vida.
Y con esto, doy por finalizada mi opinión sobre esta saga que ha marcado una generación en la que el público más diversos, desde jóvenes hasta adultos y no tan adultos, han disfrutado y enloquecido con una historia de amor en la que el erotismo ha cambiado la forma de ver no solo el cine, sino que ha empujado el que muchas autoras decidan escribir novelas con contenido erótico y que ya no se vea como un tabú la novela para adultos.
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